Diálogos del SITEAL. Conversaciones con Sergio Balardini. Viejas y nuevas formas de ser joven. El impacto de las transformaciones socioculturales en la construcción de las identidades juveniles. Mayo 2014.
Al analizar el impacto de las transformaciones socioculturales en la construcción de las identidades juveniles, Sergio Balardini afirma que, comparando con otras generaciones, actualmente la brecha entre jóvenes y adultos es más tecnológico-cultural que ideológico-política. Entre el consumo, los medios de comunicación, las pantallas, la tecno cultura y los pares, los jóvenes construyen hoy en día sus identidades. Hay menos espacio para grandes relatos, utopías e instituciones tradicionales. Para algunos jóvenes, la tecnología proyecta exponencialmente la abundancia de bienes materiales, simbólicos y tecnológicos, y el desafío pasará por saber construir y establecer un orden de prioridades en relación a esa opulencia. Para otros, el reto sigue siendo la lucha diaria por conseguir los bienes. En ese punto, se observa un movimiento pendular entre identidades muy flexibles e identidades mucho más rígidas que se construyen con los pocos recursos que se disponen. La pérdida de alguno de estos recursos se vive como un hecho agresivo que incide directamente en la construcción identitaria. En cambio, donde hay abundancia de recursos, esta circunstancia no asume tal gravedad.
Al analizar el impacto de las transformaciones socioculturales en la construcción de las identidades juveniles, Sergio Balardini afirma que, comparando con otras generaciones, actualmente la brecha entre jóvenes y adultos es más tecnológico-cultural que ideológico-política. Entre el consumo, los medios de comunicación, las pantallas, la tecno cultura y los pares, los jóvenes construyen hoy en día sus identidades. Hay menos espacio para grandes relatos, utopías e instituciones tradicionales. Para algunos jóvenes, la tecnología proyecta exponencialmente la abundancia de bienes materiales, simbólicos y tecnológicos, y el desafío pasará por saber construir y establecer un orden de prioridades en relación a esa opulencia. Para otros, el reto sigue siendo la lucha diaria por conseguir los bienes. En ese punto, se observa un movimiento pendular entre identidades muy flexibles e identidades mucho más rígidas que se construyen con los pocos recursos que se disponen. La pérdida de alguno de estos recursos se vive como un hecho agresivo que incide directamente en la construcción identitaria. En cambio, donde hay abundancia de recursos, esta circunstancia no asume tal gravedad.
photo credit: DaveLawler via photopincc
Hoy, la brecha entre jóvenes y adultos es más tecnológico-cultural que ideológico-política. Las mediaciones tecnológicas, las imbricaciones de las nuevas tecnologías con los cuerpos juveniles, el modo de procesar los vínculos y las emociones, son cuestiones que difieren notablemente de una a otra generación.
Sergio Balardini es Licenciado en Psicología; ha realizado estudios de Maestría en Administración Pública. Es Director de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert (FES). Integra el Programa de Estudios en Juventud de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), del cual fue coordinador entre los años 1995 y 2005. Se ha desempeñado como Coordinador del Grupo de Trabajo sobre Juventud del CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) durante los años 1997 a 2003 y como director de Capacitación y Estudios de la Dirección Nacional de Juventud (1999-2001). Ha coordinado y participado en el diseño y puesta en marcha de diferentes programas y proyectos en diversos organismos públicos, en las áreas de desarrollo social, educación y juventud. Entre sus temas de trabajo se destacan: Políticas Públicas de Juventud; Participación Juvenil Social y Política; Ciberpolítica: las nuevas formas del activismo; Subjetividades Juveniles y Nuevas Tecnologías; Nuevas infancias y adolescencias; Relaciones intergeneracionales. Gestiona el sitio Subjetividades y Tecnocultura.
Sergio Balardini es Licenciado en Psicología; ha realizado estudios de Maestría en Administración Pública. Es Director de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert (FES). Integra el Programa de Estudios en Juventud de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), del cual fue coordinador entre los años 1995 y 2005. Se ha desempeñado como Coordinador del Grupo de Trabajo sobre Juventud del CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) durante los años 1997 a 2003 y como director de Capacitación y Estudios de la Dirección Nacional de Juventud (1999-2001). Ha coordinado y participado en el diseño y puesta en marcha de diferentes programas y proyectos en diversos organismos públicos, en las áreas de desarrollo social, educación y juventud. Entre sus temas de trabajo se destacan: Políticas Públicas de Juventud; Participación Juvenil Social y Política; Ciberpolítica: las nuevas formas del activismo; Subjetividades Juveniles y Nuevas Tecnologías; Nuevas infancias y adolescencias; Relaciones intergeneracionales. Gestiona el sitio Subjetividades y Tecnocultura.
—Considerando el periodo que va desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, ¿Cómo se ha ido transformando el modo en que los jóvenes procesan su identidad? ¿Qué aspectos emblemáticos diferencian a la juventud actual de la generación que la precedió?
Todas las instituciones que hacen al mundo de vida de los jóvenes registran notables cambios: el Estado, la política, el mercado laboral, la escuela. Comparando con otras generaciones, actualmente la brecha entre jóvenes y adultos es más tecnológico-cultural que ideológico-política. En general, al hablar de rupturas generacionales, se mencionan los años ‘60 como paradigmáticos. No está mal en más de un sentido, pero refleja la mirada de quienes hoy somos adultos y fuimos jóvenes en aquellos años. Hoy nos encontramos frente a una brechade magnitud similar o mayor, sólo que no es ideológica y política sino que está ligada a lo tecno-cultural. Las mediaciones tecnológicas, las imbricaciones de las nuevas tecnologías con los cuerpos juveniles, el modo de procesar los vínculos y las emociones, son cuestiones que difieren notablemente de una a otra generación.
Todas las instituciones que hacen al mundo de vida de los jóvenes registran notables cambios: el Estado, la política, el mercado laboral, la escuela. Comparando con otras generaciones, actualmente la brecha entre jóvenes y adultos es más tecnológico-cultural que ideológico-política. En general, al hablar de rupturas generacionales, se mencionan los años ‘60 como paradigmáticos. No está mal en más de un sentido, pero refleja la mirada de quienes hoy somos adultos y fuimos jóvenes en aquellos años. Hoy nos encontramos frente a una brechade magnitud similar o mayor, sólo que no es ideológica y política sino que está ligada a lo tecno-cultural. Las mediaciones tecnológicas, las imbricaciones de las nuevas tecnologías con los cuerpos juveniles, el modo de procesar los vínculos y las emociones, son cuestiones que difieren notablemente de una a otra generación.