Quantcast
Channel: Contar con TIC
Viewing all 261 articles
Browse latest View live

Carlos Scolari: La web genera nuevas experiencias de comunicación

$
0
0

Carlos Scolari (@cscolari) es entrevistado por Emerio Agretti, docente y periodista del diario El Litoral de Santa Fe (@ellitoral). El artículo, titulado La nueva ecología de medios y el gran desafío de sobrevivir, nos permite apreciar las reflexiones de Scolari "sobre el escenario actual que viven los medios y los profesionales de la comunicación, fruto de la irrupción de Internet y de los nuevos comportamientos de las audiencias. Plantea, además, encrucijadas y desafíos de cara a un futuro que, por cierto, reconoce incierto y en constante cambio. Y propone nutrirse de todas las plataformas comunicativas para narrar las noticias, aprovechando la creciente interacción con los usuarios y las valiosas herramientas que aporta la tecnología".
Compartimos la lista de reproducción en Youtube: 1. Se debe replantear y actualizar la educación en medios 2. La adaptación de los medios a los avances tecnológicos 3. El nuevo ecosistema de medios 4. El contenido lo comienza a producir el usuario 5. La supervivencia dependerá de la capacidad de adaptación de cada medio o empresa.



Quienes deseen ver la entrevista completa, pueden hacerlo en el canal de Youtube de Cable&Diario: Carlos A. Scolari. Periodismo Transmedia.



La entrevista publicada en El Litoral: La nueva ecología de medios y el gran desafío de sobrevivir



Boris Mir: Siete principios para el aprendizaje

$
0
0
Boris Mir (@lamirada), en su su blog La mirada pedagógica, nos propone tener como referencia estos siete principios del aprendizaje:

1. El aprendiz debe estar en el centro
Los alumnos son los actores principales, todo gira alrededor de su actividad cognitiva y afectiva. Sea cual sea el enfoque didáctico -instrucción directa, aprendizaje cooperativo, investigación...- estará centrado en un aprendizaje autorregulado y activo.

2. El aprendizaje es de naturaleza social
La interacción social es un recurso fundamental que debe alternar con momentos de reflexión y trabajo personal. El debate, la indagación o la argumentación, por ejemplo, encarnan aprendizajes de naturaleza social.

3. Las emociones son esenciales para el aprendizaje
Emoción, motivación y cognición están profundamente interrelacionadas. La implicación afectiva, el bienestar o la autoconfianza, por ejemplo, juegan un papel decisivo en el aprendizaje.

4. La diferencias individuales deben ser reconocidas
La aceptación de la diferencia es una condición necesaria para el aprendizaje profundo: cada aprendiz es singular y diferente. Estas diferencias, por ejemplo, comprenden conocimientos previos, habilidades, estilos de aprendizaje y estrategias, intereses o motivaciones. Exigen pues, un determinado grado de personalización.

5. El aprendizaje debe ser inclusivo
La gestión social del aula debe ser sensible a las diferencias y necesidades individuales en forma de comunidad de aprendizaje. El aprendizaje de todos es una responsabilidad compartida que favorece a todos. La inclusividad forma parte de la excelencia.

6. La evaluación está al servicio del aprendizaje
La evaluación formativa debe ser sustancial y regular, debe también proporcionar retroalimentación relevante e información a los aprendices de manera individual, promoviendo la autorregulación permanente.

7. El aprendizaje debe construir conexiones entre áreas de conocimiento.
El aprendizaje significativo relaciona los conocimientos, los aplica a situaciones, retos o problemas y procura, en todo momento, la transferencia. El aprendizaje profundo conecta lo aprendido con capacidades y competencias del aprendiz.

Referencia

Mir, Boris (31/08/2015). Siete principios para el aprendizaje. Disponible en http://blog.lamiradapedagogica.net/2015/08/siete-principios-para-el-aprendizaje.html

Cristóbal Suárez: La táctica puede ser la tecnología, la estrategia es la educación

$
0
0

Cristóbal Suárez es doctor en Educación en Procesos de Formación Virtual por la Universidad de Salamanca y profesor del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Valencia. En el siguiente video, el Dr. Cristóbal Suárez (@cristobalsuarez), autor del blog Educación y Virtualidad, expone durante el evento Buenas Prácticas Docentes con TIC (APEC) realizado en Lima (Perú), en julio de 2015. 
Desarrolla su ponencia a partir de tres ideas básicas: 1. Considerar que Internet no es solo un instrumento, sino parte del desarrollo social y cultural de la humanidad; 2. Toda tecnología es necesaria en el aprendizaje, pero no es suficiente; 3. La pedagogía, como disciplina, se encarga no solo de dar respuestas educativas, sino sobre todo de pensar buenas preguntas, para abrir la reflexión sobre el impacto educativo que tiene esta tecnología.
Plantea la diferencia entre la posibilidad de digitalizar la cultura con Internet y la cultura digital y resalta el valor de las preguntas ¿Dónde aprender? y ¿Con quién aprender? que adquieren sentido en Internet, ya que el entorno forma parte del aprendizaje, cambia el aprendizaje en virtud de la mediación tecnológica. 


La presentación digital (en inglés): Pedagogía e Internet.

—Relacionado: Pedagogía red. Infografía 

Proyecto Escuchar un cuento

$
0
0


El proyecto Escuchar un cuentohttp://escucharuncuento.blogspot.com.ar/ está siendo desarrollado en el Taller de TIC, por estudiantes de 1º año de los Profesorados de Educación Primaria, Inicial y Especial, de la Escuela Normal de Gualeguay. 
Las actividades consisten en la selección de un cuento que se encuentre bajo dominio público o Licencias Creative Commons, la lectura del texto y la grabación  del audio con el celular (teléfono móvil). 
Hasta el momento, se encuentran publicados en el blog 49 cuentos, obtenidos de diversas fuentes como Wikisource, Ciudad Seva, Cuentos de Grimm, entre otras. 
Los podcasts están disponibles para escucha y descarga en iVoox, en el canal http://escucharuncuento.ivoox.com. En el índice del blog encontrarán el listado de cuentos infantiles, tradicionales y fábulas. 

Libertad como desconexión. Por Daniel Innerarity

$
0
0
Daniel Innerarity escribió un ensayo —que publicó el diario El País de España, el 21 de mayo de 2015—  sobre la obligación de estar conectados que invade todos los ámbitos de la sociedad y convierte la cotidianidad en un asunto extenuante.

Reproducimos el artículo:

En la era de las redes y las conexiones, de los links y la instantaneidad comunicativa, la peor tragedia cotidiana es tener que escuchar que el teléfono marcado está desconectado o fuera de cobertura, que alguien tarde demasiado (es decir, dos días) en contestar un correo electrónico. Y la pérdida de conexión equivale a la muerte comunicativa, donde uno queda al margen de las oportunidades vitales. Si el fallo o la lentitud en la conexión los experimentamos como un verdadero drama es porque la comunicación inmediata forma parte de las posibilidades que damos por supuestas en una sociedad de la instantaneidad interactiva.

El éxito de la metáfora de la Red para describir la sociedad contemporánea se debe a la omnipresente realidad de la conexión. La conectividad es vista como un multiplicador de las actividades y de las oportunidades. El estado de conexión permanente se ha convertido en nuestra normalidad cotidiana. La obligación de estar conectado vale para todos los ámbitos de la sociedad: para el cultivo de la amistad, para la comunicación en la familia, para las organizaciones, la ciencia o los movimientos antiglobalización, para los niños a los que en una edad muy temprana pertrechamos con un móvil.
La conectividad es tanto un imperativo técnico como moral. Se trata de estar siempre integrado, disponible, accesible. No llevamos bien la desconexión porque estamos psicológicamente configurados con la sensación de que nos estamos perdiendo algo, sin argumentos para frenar la multiplicación de los contactos y apremiados por la exigencia de rendimiento continuo. No estar al alcance de los demás o resistirse a ciertas redes es toda una rareza. La conexión ha sido la clave de las oportunidades personales y la fuente de la riqueza para las naciones. La desigualdad digital se ha planteado como un problema de desigualdad en el acceso y no tanto a la capacidad efectiva de hacer algo con tales tecnologías.

Ahora bien, en menos de veinte años hemos pasado del placer de la conexión a un deseo latente de desconexión (Francis Jaureguiberry). Del mismo modo que el ocio y la pereza fueron reivindicados en la era del trabajo o el decrecimiento en medio del éxtasis del crecimiento y la aceleración, han ido apareciendo en los últimos años diversos elogios de la desconexión. Las reivindicaciones de un derecho a desconectar se han venido sucediendo a medida en que eran más visibles los inconvenientes y las patologías de la hiperconectividad. Aumentan los diagnósticos que hablan de una verdadera dependencia provocada por el exceso de interpelaciones y la sobredosis comunicativa.

¿A qué se debe este malestar que surge allí donde hasta hace poco celebrábamos una verdadera orgía del contacto y la accesibilidad? De entrada, al hecho de que el imperativo de la conectividad es una forma de poder, una imposición que exige de nosotros disponibilidad continua. El hecho de no responder inmediatamente al teléfono, por poner un ejemplo cotidiano, es algo que ahora debemos justificar. El imperativo de la inmediatez comunicativa se ha convertido en una estrategia de abreviación de los plazos y generación de la simultaneidad, lo que incrementa la aceleración general y la cantidad de cosas que podemos (y debemos) hacer. Pensemos en el teletrabajo, que en pocos años ha pasado de ser una liberación a experimentarse como una maldición. Donde rige la teledisponibilidad permanente, la urgencia se contagia hasta el espacio privado, que ya no resulta protegido por la distancia física.
El exceso de conectividad se vive subjetivamente como una carga porque el impulso de comunicar y expresar nos está situando fuera de todo autocontrol subjetivo. Seguramente hemos traspasado ya el umbral a partir del cual el networking se convierte en overlinking, la complejidad resulta irreductible y la sensación más habitual es la de estar desbordado. Todo ello ha llegado a provocar una náusea telecomunicativa, una fatiga tecnológica que se traduce en un deseo de desconexión, aunque sea parcial.
Cada vez hay más problemas que tienen que ver con el exceso de conectividad: las decisiones se complican cuando intervienen demasiadas personas e instancias; donde esperábamos una crowd intelligence tenemos más bien una conducta adaptativa que dificulta la creatividad personal; hay conexiones siniestras que están en el origen de cierta corrupción (entre los poderes políticos, económicos y mediáticos) y que solo se resuelven desacoplándolos; experimentamos el agotamiento que supone no tener espacios libres de conexión o la obligación de estar siempre localizables... La idea de "enredarse" tiene cada vez más connotaciones negativas, que aluden a la pérdida de tiempo, a quedar entrampado, a una omisión de lo verdaderamente importante.

Frente a este malestar, aumentan las estrategias de desconexión. En primer lugar, las de tipo personal, en la gestión de la propia conectividad. El objetivo sería preservar el propio ritmo en un mundo que empuja hacia la aceleración y a defenderse de un ambiente telecomunicacional intrusivo. Algunos reivindican el derecho a hacer una pausa, a no atender todo lo que nos solicita. Aquí cabe mencionar toda una serie de prácticas de desconexión voluntaria que permiten la desintoxicación informativa, como gestionar la atención y reducir el número de las informaciones a las que se hace caso, o modos de rehusar la comunicación continua, como desconectar el teléfono o el correo electrónico mientras se trabaja. Como decía Deleuze se trataría de "crear vacíos de comunicación, interruptores, para escapar al control". La espera, el aislamiento y el silencio, que habían sido entendidos como una pobreza a la que había que combatir, pasan a ser opciones positivas que permiten construir la autonomía personal.
En Francia ha habido recientemente un debate en el que se ponía en cuestión que estar conectado veinticuatro horas fuera bueno para los trabajadores; hay empresas californianas que envían a sus empleados a estancias para curar su exceso de conectividad; se da el caso también de empresas que han prohibido todo correo profesional a partir de cierta hora y durante los fines de semana. Me da la impresión de que estar desconectado es algo que va poco a poco perdiendo algunas de sus connotaciones negativas, que ya no designa una deficiencia comunicativa sino una práctica voluntaria que puede ser beneficiosa. Tal vez ilustre este cambio de valores el hecho cotidiano de que las vacaciones se hayan convertido para muchos en algo que ponemos bajo la metáfora del "desconectar".
Las estrategias para desconectar pueden agruparse en las de tipo temporal o espacial, según sea la dimensión en que se realizan. Las desconexiones temporales tienen que ver con la recuperación de un tiempo propio en el que el individuo pueda encontrar sus propios ritmos, el sentido de la duración y de la espera, de la reflexión y la atención. Se basan en el descubrimiento, tras décadas de sumisión a la prisa, de que los tiempos propios (de la reflexión, la distancia y la maduración) son fundamentales para construirse a sí mismo como sujeto. A veces basta con adquirir hábitos elementales como no contestar inmediatamente o ralentizar el trabajo. Desconectar, en este sentido, no tiene por qué significar salirse del tiempo sino encontrar el propio ritmo y no dejarse imponer unas aceleraciones que son discriminatorias, que no se corresponden con el tiempo que nos caracteriza íntimamente o con el propio de nuestro modo de trabajar (como las exigencias de rentabilidad a los saberes humanísticos, por ejemplo, o un criterio de innovación tomado de las ciencias naturales).

Las estrategias de desconexión espacial consisten en un placer inédito para nuestros antepasados: "La felicidad de estar ilocalizable" (Miriam Meckel). Se trata de salir de un ámbito en el que rige el ideal —que termina convirtiéndose en obligación— de transparencia o de reivindicar el derecho a no estar geolocalizable, interrumpiendo dicha función en nuestros móviles y ordenadores.

De hecho, nuestros dispositivos desarrollan cada vez más estas posibilidades de desconexión. Del mismo modo que los coches tienen la posibilidad de desconectar el sistema de conducción asistida o los fusibles saltan en nuestras casas cuando la intensidad eléctrica es excesiva, ya existen aplicaciones que bloquean la tentación de las redes sociales como AntiSocial, Afirewall o SelfControl cuando uno quiere no ser interrumpido y pretende aislarse para trabajar durante un tiempo. Igualmente hay filtros cada vez más sofisticados para proteger a los niños en el espacio abierto de Internet. Cabe mencionar en este sentido, como un movimiento contrario al frenesí expresivo de las redes sociales, movimientos como Anonymous, que reflejan el deseo de despersonalizar ciertas intervenciones en la Red. O pensemos, sin ánimo de hacer la lista exhaustiva, en el hecho de que la seguridad de las comunicaciones tiene que ver con soluciones que dificultan la accesibilidad a cualquiera, es decir, con estrategias para limitar la conectividad.

¿Cómo equilibrar las ventajas de estar conectado con la libertad de no estarlo siempre ni absolutamente? Propongo pensarlo mediante una analogía con la ciudad y plantearnos como objetivo urbanizar el espacio digital. Los grandes teóricos de la vida urbana (como Simmel, Bahrdt o Goffman), a contracorriente del tópico que exaltaba la cercanía y autenticidad de los pequeños enclaves comunitarios, subrayaron el anonimato que hacían posible las grandes ciudades, la libertad frente al control, la indiferencia generalizada, una cierta desatención, esa combinación de relaciones y privacidad, donde uno puede decidir qué aspecto de la propia personalidad desvela u oculta a los demás. El sociólogo alemán Georg Simmel dijo algo acerca de la ciudad moderna que podría sernos muy útil a la hora de pensar el tipo de interacción que debemos construir con las redes sociales. Llamó la atención sobre el hecho de que las ciudades son formas "débiles" de comunidad y comunicación, en las que es posible una cierta indiferencia frente a las múltiples ofertas de interacción. A diferencia de lo que ocurre en el mundo rural, en ellas no es obligatorio saludar a todo el mundo, ni comprar a todos los que nos ofrecen algo, ni considerar como un desprecio que no se fijen en nosotros. En la ciudad es posible ignorar a otros y disfrutar la libertad del ser ignorado por otros, el derecho a la no intromisión, a no ser juzgado.

La ciudad nos enseña muchas prácticas de indiferencia social que pueden ser de gran utilidad para civilizar el espacio digital. La experiencia de la distancia urbana podría ser un modelo para pensar de qué modo disfrutar de las posibilidades de interacción que nos ofrecen las TIC sin renunciar a las diversas formas de libertad que sólo pueden disfrutarse mediante una práctica de desconexión.

En un mundo en el que la inmediatez y la vecindad son lo habitual, resulta imperativo recuperar el sentido de la distancia como algo que uno debe procurarse para ralentizar el ritmo de la comunicación y la decisión, para sustraerse a la influencia de las opiniones ajenas y pensar por cuenta propia, para decidir uno mismo en su propio espacio y con su propio tiempo. Si en el pasado la distancia era un obstáculo para muchas cosas, hoy es un instrumento que facilita la autonomía personal.

Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es catedrático de Filosofía Política y Social en la Universidad de Zaragoza y director del Instituto de Gobernanza Democrática de San Sebastián. Sus últimos libros son Ética de la hospitalidad, La transformación de la política (Premio de Ensayo Miguel de Unamuno y Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Ensayo 2003), La sociedad invisible (XXI Premio Espasa de Ensayo), El nuevo espacio público y El futuro y sus enemigos.
Fuente│ INNERARITY, Daniel. Libertad como desconexión. El País. 21 de mayo de 2015. Disponible en  http://elpais.com/elpais/2015/05/21/opinion/1432228354_208918.html

Celulares en la escuela, oportunidad para aprender. Por Hugo Martínez

$
0
0
Por mi trabajo, visito muchos establecimientos educacionales al mes. Al conversar con directivos y educadores sobre la incorporación de tecnologías al trabajo pedagógico, un tema que aparece recurrentemente es el masivo acceso de teléfonos móviles por parte de los alumnos.

Hace unos días, en un aula de 6º básico de una escuela municipal le pregunté a los alumnos cuántos de ellos tenían celulares con acceso a Internet. Todo el curso me respondió que poseían un teléfono inteligente con esas características. Pregunté entonces si lo usaban en la escuela. La respuesta de algunos fue que sí, siempre y cuando el profesor lo permitiera. Pero algunas risas cómplices delataron que no era la única respuesta posible.

La mayor parte de los reglamentos de convivencia de los colegios establecen que no está permitido llevar celulares y que, en el caso que los alumnos sean sorprendidos usando uno de estos dispositivos, el teléfono quedará “requisado” hasta que lo venga a retirar el apoderado. Sin embargo, esta norma es insostenible y casi imposible de hacer respetar.

¿Qué hacer entonces con los celulares en la escuela? La respuesta es simple, básicamente debemos realizar lo que mejor sabemos hacer en las escuelas: educar.

Las habilidades que muestran las nuevas generaciones en el uso funcional de los dispositivos, no significa que los estudiantes tengan las competencias para un uso adecuado y de valor agregado de las oportunidades que ofrecen los teléfonos inteligentes. Y permitir su uso en el aula, no implica necesariamente que aporte a los objetivos de aprendizaje que desafían a las comunidades educativas.

El ingreso de un celular a la sala de clases debe realizarse como parte de un plan educativo que le agregue valor al dispositivo y naturalice su uso, evitando que sea visto exclusivamente como un medio de entretención o un riesgo de distracción al interior del aula. Un acompañamiento pedagógico exitoso relacionará el uso con el respeto por la intimidad y privacidad, el derecho a la propiedad intelectual y la empatía con otros.

Los alumnos están produciendo textos en sus dispositivos, lo que ofrece una oportunidad de exploración de estilos y formatos de expresión escrita. Pero también, los alumnos están capturando imágenes a través de poderosas cámaras fotográficas disponibles en sus móviles, lo que ofrece la oportunidad de profundizar conceptos en artes visuales, creatividad y comunicación.

Por otro lado, los estudiantes buscan permanente información en sus teléfonos conectados a Internet, lo que desafía desarrollar en los estudiantes habilidades de análisis, comparación de fuentes y criterios para la selección de contenidos. Ésta es una buena oportunidad de buscar información en el aula un mismo tema, comparando diversas fuentes y analizando las características que debiera tener un contenido de calidad.

Para incorporar los dispositivos móviles en el aula, necesariamente hay que innovar respecto a las formas tradicionales de enseñanza. En primer lugar, se debe planificar el momento en que el uso de los dispositivos y de sus aplicaciones será pertinente y agregará valor al programa de la clase. Esto debe realizarse, con el objetivo de desarrollar hábitos que modelen usos adecuados y pertinentes de los dispositivos.

En segundo lugar, es importante establecer pactos y compromisos en conjunto con los estudiantes, con el fin de establecer el modo en que podrán ocupar sus teléfonos inteligentes en el aula. En este ámbito, es importante que las normas tengan un sentido que le dé significado a la decisión. Por ejemplo, acordar que no está permitido grabar vídeos sin consentimiento, lo que debe estar relacionado con la valoración de la privacidad e intimidad.

Por último, se deben incorporar estrategias que permitan ir ganando experiencias en la incorporación de los recursos asociados a los dispositivos móviles en el aula. Se puede partir por usos básicos (calculadora, diccionario) hasta interacciones más complejas y sofisticadas que impliquen modificar las estructuras tradicionales de la sala de clases.

Existen plataformas que hoy permiten transformar el uso de estos dispositivos en ambientes colaborativos de aprendizaje. Éstos ofrecen a los establecimientos contenidos curriculares, modelos pedagógicos y sistemas de retroalimentación que respetan ritmos y estilos de aprendizaje, otorgándole al docente herramientas para un liderazgo pedagógico efectivo. Estas soluciones, requieren un esfuerzo de innovación sostenido por parte de la escuela.

Hoy no basta con reconocer que el uso de celulares en la escuela es incontrolable. Es más interesante reconocer que estos dispositivos, que forman parte de la vida cotidiana de los estudiantes (y de muchos docentes), son una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos pedagógicos al interior del aula.

Hugo Martínez (@hmartinez en Twitter) es profesor de Educación General Básica, diplomado en Investigación e Informática Aplicada y “Certificate of Advanced Study for International Educator” en el New York Institute of Technology. Fue director de la Red Enlaces del Ministerio de Educación y del Portal Educarchile en la Fundación Chile. Forma parte del Comité de Expertos del Instituto Iberoamericano de TIC y Educación (IBERTIC) de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Fuente│MARTÍNEZ, Hugo. Celulares en la escuela, oportunidad para aprender. En Cooperativa. Opinión, Chile. 3 de setiembre de 2015. Disponible en http://blogs.cooperativa.cl/opinion/ciencia-y-tecnologia/20150903075731/celulares-en-la-escuela-oportunidad-para-aprender/

Cómo configurar la búsqueda segura en Google

$
0
0
Según Google, "SafeSearch puede ayudarte a bloquear imágenes inadecuadas o explícitas de los resultados de la Búsqueda de Google. El filtro SafeSearch no es 100% preciso, pero te permite evitar la mayor parte del contenido para adultos. Si SafeSearch está activado, las imágenes y los videos con contenido sexual explícito, así como los resultados que puedan dirigir a contenido explícito, se excluirán de las páginas de resultados de la Búsqueda de Google. Si SafeSearch está desactivado, proporcionaremos los resultados más relevantes para tu búsqueda y podremos incluir contenido explícito cuando lo busques. Si utilizas un ordenador o tablet, puedes bloquear SafeSearch para evitar que otros usuarios desactiven SafeSearch si está activado. Esta opción es útil si tienes niños cerca o si otros usuarios utilizan tu ordenador". 
Con Vos en la Web explica en este videotutorial cómo configurar el Safe Search o Búsqueda Segura en el buscador Google para proteger a los niños de contenido adulto o violento.


Roxana Morduchowicz: Los chicos y las pantallas en el Siglo XXI [Manual]

$
0
0


"Los chicos y las pantallas en el Siglo XXI. Cómo orientarlos cuando usan las pantallas y navegan en Internet" es un manual escrito por Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil, que busca responder interrogantes para que las familias puedan orientar a los chicos en un uso seguro y responsable las tecnologías e Internet. Surge como una iniciativa de Telefé, realizada con el apoyo de La Nación, Intel Security y Film Suez.





crédito de la imagen│Tim Wilson en Flickr CC.

Marta Peirano: ¿Por qué me vigilan, si no soy nadie?

$
0
0
Marta Peirano (@minipetite) escribe sobre cultura y tecnología. Hoy es Jefe de Cultura en eldiario.es, antes lo fue de ADN.es y mantiene una columna en Muy Interesante. Gracias a Fernando Trujillo (@ftsaez) llegamos a esta conferenciaTEDx en Madrid, sobre privacidad y espionaje masivo. Como afirma Ignacio Escolar (@iescolar) "es imprescindible para quienes quieran proteger su privacidad en Internet, pero también apasionante para todo el que tenga curiosidad por conocer hasta qué punto, como bien dice Marta, vivimos en casas de cristal".





Referencias
—ESCOLAR, Ignacio. "Vivimos en casas de cristal", en eldiario.es, Madrid, 24/09/2015, disponible en http://www.eldiario.es/escolar/Vivimos-casas-cristal_6_434366568.html
@Wicho "¿Te da igual que te vigilen porque no tienes nada que ocultar? Pues no debería", en Microsiervos, 23/09/2015, disponible en http://www.microsiervos.com/archivo/gadgets/seguro-que-te-da-igual-que-te-vigilen-aunque-no-tengas-nada-que-ocultar-no.html

Participamos en el Proyecto "Un mundo de juegos"

$
0
0
Gracias a la generosa invitación de la Profesora Cristina Velázquez, del Instituto Nacional Superior del Profesorado Técnico de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), las estudiantes de 1º Año del Profesorado de Educación Inicial, de la Escuela Normal de Gualeguay, Entre Ríos, Argentina, están participando del Proyecto Un mundo de juegos, creado y coordinado por Cristina.
Las alumnas ya se presentaron:



Algunos equipos de trabajo grabaron sus videos. Hasta el momento, compartimos:

Carrera de embolsados



Ponerle la cola al burro



Mancha congelada



Esperamos las producciones de los otros equipos, que iremos compartiendo a medida que concluyan con la actividad. Agradecemos a la querida docente Cristina Velázquez, a quien admiramos por generar proyectos colaborativos magníficos, que posibilitan el intercambio entre distintos niveles educativos de diversas regiones geográficas.

Nuevas producciones

La cuchara y el huevo



Mucho ruido



Carrera con pies atados



Las escondidas


Aprender para Educar con Tecnología

$
0
0


Está disponible la edición Nº 12 de la revista digital de suscripción gratuita “Aprender para Educar con Tecnología” editada por el Instituto Nacional Superior del Profesorado Técnico de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN-INSPT). 
En la sección "Te presento mi blog", y gracias a la convocatoria de la querida profesora Cristina Velázquez, publicamos "Aprender y enseñar con blogs. Experiencia en formación docente". En la página 18 presentamos tanto los blogs con los que aprendemos: Contar con TIC, Compartir intereses y PLE docente, como los blogs que nos sirven como portafolios de las producciones de los estudiantes, correspondientes al presente ciclo lectivo 2015: Escuchar un cuento, Esquinas de mi ciudad, Internet Responsable: En familia es mejor.

Leer la revista en Issuu


    Descargar Aprender para Educar con Tecnología, edición Nº 12, en formato PDF

      2 herramientas para crear imágenes con texto para Instagram

      $
      0
      0
      Instagram Quotes Maker

      Vía Soft&Apps accedemos a esta herramienta online Instagram Quotes Maker: web para convertir citas y frases en imágenes para Instagram. 
      Como nos explica Juan Luis Bermúdez, para crear imágenes con Instagram Quotes Maker no es necesario ningún tipo de registro, podemos elegir un color de fondo para la imagen, usar una imagen que subamos desde nuestros archivos locales o seleccionar alguna de las propuestas por la aplicación. Tiene gran cantidad de originales fuentes de texto para elegir la que más nos guste, podemos definir el color del texto, su alineación y su tamaño, es posible aplicar sombras al texto, aplicar hasta 9 filtros diferentes a la imagen, obtener vista previa de la imagen y descarga, con un simple clic, en formato JPG. 


      Meritxell Viñas, nos muestra, en TotemGuard, Cómo transmitir una idea rápidamente con una imagen y un texto, con Pablo by Buffer. Nos brinda algunas aplicaciones de Pablo en nuestro trabajo: Para transmitir una cita o una frase célebre; enumerar los pasos a seguir en un experimento de química; mostrar una estadística o dato interesante; ilustrar una entrada del blog que vas a publicar en Facebook; crear un anuncio en la página web del centro o en el lateral de tu blog; plantear preguntas en Twitter; anunciar un evento o conferencia educativa. 

      Guía de Privacidad en Internet

      $
      0
      0


      ESET presenta esta Guía de Privacidad en Internet, en la que analiza el concepto de privacidad en la web: "La privacidad es aquello que se lleva a cabo en un ámbito reservado; en Internet podría entenderse como el control que ejercemos sobre nuestra información para limitar la cantidad de personas autorizadas a verla. Esto incluye datos personales, fotografías, documentos, etc."

      Asimismo, afirma que el avance de la tecnología ha permitido a los usuarios subir y compartir todo tipo de contenidos; esta actividad gana cada vez más popularidad, principalmente con la aparición de las redes sociales que posibilitan subir información a Internet tales como ubicaciones, fotos o datos personales, desde una computadora o un dispositivo móvil. De la misma manera, es posible manejar cuentas bancarias e, incluso, realizar transacciones comerciales. En este sentido, la gran concentración de información sensible que se encuentra disponible en Internet puede convertir a un usuario en una potencial victima si no se toman los recaudos necesarios. En esta línea, realizaron esta guía con el fin de prevenir distintos tipos de incidentes relacionados con la privacidad, la ingeniería social y el robo de información. 



      Fuente│Nueva Guía de Privacidad en Internet, para que protejas tu identidad en la web. Publicado el 28/09/2015, disponible en http://www.welivesecurity.com/la-es/2015/09/28/guia-privacidad-en-internet-identidad-web/
      Descargar PDF 

      Jóvenes y privacidad en la era digital

      $
      0
      0

      Gracias a Cristóbal Suárez, en Twitter, accedemos al artículo "Jóvenes, Internet y privacidad: los retos de la identidad en la era digital" publicado por la investigadora y docente de la Universidad de Barcelona Liliana Arroyo Moliner, en el blog de CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona).

      Para los adolescentes Internet supone un espacio de de ocio, de interacción y de construcción de la propia identidad. Pocas veces se preguntan el origen y el destino de la información que circula por esa red infinita y aparentemente volátil. La actividad en línea abre espacios de relación y admite temáticas impensables en el mundo presencial. Definir la esfera privada y la capacidad de controlar la información que se expone sobre uno mismo son retos actuales que hay que explicar, entender y abordar desde los agentes involucrados en la educación. Este post explora por qué es importante la privacidad de unos jóvenes que experimentan a corazón abierto en la eternidad digital.

      La revolución comunicativa no ha hecho más que empezar. Jóvenes y mayores nos hemos sumado al carro de la modernidad porque promete hacernos la vida más fácil, más cómoda o más divertida, pero aún tenemos que entender qué es, cómo funciona y cuáles son las contrapartidas. El hecho de que podamos tener cuentas de correo o perfiles "gratuitos" nos altera el esquema clásico basado en la transacción económica. Todavía estamos aprendiendo que cuando no pagamos por un servicio, como contrapartida, el producto son nuestros datos personales. Nuestro nombre, nuestra dirección, nuestros gustos, nuestros contactos, nuestro historial médico, los lugares que visitamos ayer o el libro que nos gustaría comprar. ¿Aceptaríamos una barra de pan a cambio de la agenda o las fotos del móvil? Rotundamente no, pero lo hacemos cada vez que nos descargamos una aplicación de forma gratuita. Socialmente estamos aceptando la invasión constante de nuestra dimensión más personal y sensible, sin plantearnos sus consecuencias.

      Según el Pew Research Centre, el 90% de adolescentes se conectan al menos una vez al día y una cuarta parte lo hacen constantemente. Internet es herramienta, medio y escaparate, mientras los jóvenes desempeñan un doble papel como consumidores y a la vez productores de informaciones. En este contexto la definición de la esfera privada en el siglo XXI –esto es, distinguir entre lo público y lo íntimo– se convierte en un ejercicio complejo. Por un lado, está la privacidad física y la identidad propia del mundo off-line, pero hay que sumarle la privacidad en línea y la gestión de la "huella digital". Con la llegada de los smartphones y la conexión permanente, gestionar esta identidad múltiple y entender los códigos de los dos mundos requiere acompañamiento y guía. La privacidad es algo que se aprecia cuando falta y, como decía Cory Doctorow en esta entrevista en el CCCB, las consecuencias de la pérdida de privacidad no son inmediatas.

      A continuación se exploran cinco factores clave que hay que conocer para comprender por qué es importante la privacidad digital para los adolescentes del siglo XXI.

      Factor #1 – Un laboratorio de identidad
      Las redes sociales suponen un escaparate nuevo y accesible donde presentarse y representarse a sí mismos. Prácticamente el 80% de adolescentes tiene un perfil propio en alguna red social (FAD, 2015). Facebook, Twitter y otras plataformas forman parte de su día a día. El entorno en línea facilita la superficialidad e invita a generar contenidos de forma espontánea e impulsiva. Publicar va acompañado de la "recompensa" o el "fracaso" según cómo reaccionen los demás, cuántos son y cómo lo hacen. El número de dedos con el pulgar arriba implica una nueva forma de medir la popularidad de una persona y crecer en un medio voraz puede conllevar crisis que deben abordarse desde el uso responsable y el acompañamiento consciente.
      Factor #2 – El escaparate constante
      La cantidad de información accesible sobre cualquier persona no tiene precedentes. Controlar, comparar y hacer seguimiento de uno mismo y de los demás es mucho más sencillo en un espacio donde prácticamente todo se hace a la vista de los demás. De acuerdo con Ballesteros y Megías, los jóvenes afirman que se renuncia en gran medida a los espacios de intimidad y que incluso personas desconocidas pueden tener mucha información sobre ellos. Tener un perfil en una red social no predispone automáticamente a ser una víctima de ciberacoso por parte de un desconocido, no es un factor de riesgo per se. El riesgo está en los usos: dar mucha información personal y ser proclive a comunicarse con desconocidos duplican las probabilidades, como explica este artículo de Sengupta y Chaudhuri (2013).
      De hecho, los adolescentes son cada vez más conscientes y recelosos de su espacio, y las chicas son especialmente críticas. Que sean reflexivos sobre la relación entre lo que posibilita la red y el detrimento de la privacidad, es importante. Pero, en un contexto carente de alternativas, las opciones son o la no participación (desaprovechando las oportunidades que puedan brindar) o el uso indiscriminado (sin conocer el coste de oportunidad).
      Factor #3 – En directo y para todos
      Otra de las novedades importantes es que utilizando las redes sociales se desdibuja el esquema tradicional de emisor y receptor. En el caso del muro de Facebook, por ejemplo, cada persona tiene de media unos 130"amigos", que generalmente incluyen contactos de conocidos del entorno familiar, la escuela y otros espacios de su día a día. Todos estos contactos son potencialmente receptores de cualquier mensaje que se lance. En las redes sociales funcionamos por el mecanismo de la audiencia imaginada: producimos los mensajes teniendo en cuenta solo a aquellas personas de la red que puedan estar relacionadas de alguna forma y no todas las personas de la lista de los contactos. Es lo que los expertos en privacidad denominan los "modelos de amenaza".
      Este estudio demuestra que ser consciente de la diversidad de la audiencia ayuda a ser más estratégico a la hora de publicar información o estados sobre uno mismo. Por ejemplo, el hecho de ver fotografías de los contactos seleccionadas aleatoriamente que pertenecen a diferentes ámbitos puede generar un efecto disuasorio. Para un adolescente, su "enemigo" pueden ser los padres y los familiares y buena parte de ellos desarrollan estrategias de protección (por ejemplo, modificando la configuración de la privacidad). Pero, hay que ampliar el debate para que la audiencia imaginada no es explícita y sincrónica: potencialmente y cada vez más, hay jefes, aseguradoras, universidades o empresas de marketing, por poner algunos ejemplos, dispuestos a hacer uso de esta información para su beneficio.
      Factor #4 – La privacidad
      Hasta ahora nos hemos concentrado en la identidad digital que de forma activa proyectan los adolescentes sobre ellos mismos, pero en las redes sociales el control sobre la propia información ya no depende de ellos, sino que son también los demás quienes pueden proporcionar fotografías, comentarios o referencias de cualquier tipo, convirtiendo la privacidad en un derecho individual que requiere de la complicidad de la responsabilidad colectiva. Dicho de otro modo, preservar la privacidad depende en una pequeña parte de uno mismo, en buena medida de los vínculos con quienes convivimos en la red y a nivel macro depende de que socialmente pongamos límites a la innovación irresponsable.
      Factor #5 La red que todo lo sabe y nunca olvida
      Pero en el momento en que las redes son el espacio de pruebas donde los adolescentes tienden a sobreexponerse, convirtiendo el perfil en una bitácora minuciosa de su trayectoria, una foto o un comentario desafortunado puede terminar costando un trabajo, el acceso a instituciones o un perjuicio para su reputación. Cada vez es más habitual "googlear" los nombres de las personas antes de contratarlas o en el momento en que aparecen en algún medio de comunicación. Cada vez vemos más historias de destituciones o carreras truncadas debido a mensajes o contenidos expuestos en redes sociales. Y parece que socialmente estos mensajes fuera de contexto y probablemente caducos tengan más razón que la propia persona confesando que era un error, pidiendo disculpas o simplemente admitiendo que era una jugada adolescente y que no volvería a hacerlo. Es más, esta red nunca olvida. Y si uno quiere borrar sus propios contenidos, siempre queda el registro en línea o incluso los testimonios de otros usuarios que lo capturan y lo almacenan.

      La importancia de educar en el uso responsable

      Internet y particularmente las redes sociales son plataformas interactivas donde los adolescentes vierten una gran cantidad de información sobre ellos mismos de forma poco dirigida y reflexiva. Los cuatro primeros factores explican cómo el entorno en línea tiene un efecto multiplicador sobre situaciones que existían previamente. La gran diferencia, y posiblemente el aprendizaje más urgente, es que Internet y las compañías que hay detrás de las redes sociales constituyen un registro perenne y permanente, con un negocio basado en la monetización de los datos personales de los usuarios. Los riesgos para la privacidad en el uso de Internet y las redes sociales son poco tangibles y quedan invisibilizados.
      Educar y formar a adolescentes en el siglo XXI implica enseñarles a comprender y relacionarse con el mundo en línea. Las herramientas disponibles todavía son escasas y limitadas, pero suscitar su debate en el aula y la toma de conciencia de buena parte de la comunidad educativa es imprescindible. De ello depende el futuro individual de nuestros jóvenes y el mañana colectivo con respecto a la reconquista de la privacidad como derecho fundamental.
      Fuente│ Jóvenes, Internet y privacidad: los retos de la identidad en la era digital, disponible en http://blogs.cccb.org/lab/es/article_joves-internet-i-privacitat-els-reptes-de-la-identitat-en-lera-digital/

      Photo credit: If Mona Were Alive Today via photopin(license)

      Diego Golombek: La única forma de aprender ciencia es haciendo ciencia

      $
      0
      0


      Las 400 clases es un portal gratuito de videos educativos para potenciar el aprendizaje y acompañar a los docentes en su formación continua, desarrollado por la Fundación CIPPEC y la Fundación Navarro Viola. 
      En el portal encontramos este video de Diego Golombek: "Consejos para repensar la enseñanza: La única forma de aprender ciencia es haciendo ciencia".
      Diego Golombek (@DiegoGolombek), nacido en Buenos Aires en 1964, es licenciado y doctor en Biología de la UBA, se desempeña como profesor Titular Regular de la Universidad Nacional de Quilmes y como Investigador Principal del CONICET. Días atrás recibió un Premio UNESCO a la divulgación científica.
      En el video, Golombek interroga: ¿De qué hablamos cuando hablamos de ciencia? Se refiere al pensamiento científico y cómo enseñar ciencia en el aula, a la importancia de formular las preguntas científicas, el "no sé" científico, la experimentación.



      crédito de la imagen│Ciencia que ladra... en Facebook

      Buenas prácticas de redacción en la web

      Casciari: El móvil de Hansel y Gretel

      $
      0
      0



      Compartimos el imperdible video de Hernán Casciari: "Cuando le conté a mi hija que Hansel y Gretel se perdieron en el bosque, me contestó: Que lo llamen a su papá por el teléfono móvil". Universidad de La Matanza, martes 13 de octubre de 2015.
      En el blog Orsai.

      crédito de la imagen│Carl Offterdinger [Public domain], via Wikimedia Commons

      Daniel Feldman y Flavia Terigi: El trabajo colaborativo en el aula

      $
      0
      0
      La Red Infod publica un artículo con el título de: "Especialización docente en Educación Primaria y TIC: archivo audiovisual con conferencias de especialistas". De él extraemos la conferencia de Daniel Feldman y Flavia Terigi quienes reflexionan acerca del trabajo colaborativo en el aula
      El video de los especialistas forma parte de una serie de audiovisuales producidos especialmente para profundizar el tratamiento de las temáticas trabajadas durante la cursada del Postítulo Educación primaria y TIC y que también están accesibles para docentes, estudiantes y familias interesadas en conocer los actuales debates en torno a estas temáticas. Los videos están disponibles en el canal de Youtube.




      Además del video, la publicación describe los aportes de los especialistas de este modo:

      Daniel Feldman, plantea que el trabajo colaborativo se define por el tipo de tarea que se propone y no tanto por el medio tecnológico a través del cual se desarrolla. La tecnología puede facilitar la tarea, pero resulta necesario que los alumnos estén entrenados en agregar contenidos al trabajo de otro, explorar una hipótesis, mantener un debate, perfeccionar o revisar, etc. Las tecnologías les permiten a los estudiantes utilizar estrategias que usan fuera de la escuela (el chat, las redes sociales, Internet, etc.) y por ello les resultan motivadoras para llevar adelante la tarea escolar. Feldman insiste en que la escuela debe proponer tareas que permitan a los alumnos elaborar hipótesis, establecer un tema en común, revisar, corregir. etc. Si esto no está hecho, afirma, las nuevas tecnologías no lo van a agregar por sí mismas.

      Flavia Terigi plantea que las nuevas tecnologías permiten a las personas interactuar de formas que han estado por milenios limitados a la co-presencialidad. A partir del surgimiento de sistemas externos de representación (por ejemplo, la escritura) se pudo quebrar el requerimiento de la co-presencia. La autora advierte que para que la comunicación a través de la escritura sea posible es necesario saber leer y escribir y tener en cuenta las restricciones propias de este modo de representación.

      Terigi desarrolla cuatro características del aprendizaje colaborativo:
      1. Muchas veces, en la escuela, se requieren tareas que se denominan “grupales”, pero que podrían realizarse de forma individual. El tipo de tareas requeridas es lo que va a determinar el tipo de colaboración
      2. La autora plantea la importancia de considerar un tiempo para el trabajo personal, para pensar en “borrador”. Los tiempos escolares no resultan apropiados para obtener tiempos personales y grupales.
      3. La autora presenta tres formas de comunicación siguiendo a Mercer (Mercer, Neil (1997): La construcción guiada del conocimiento: el habla de profesores y alumnos. Ed. Paidós.): disputativa, acumulativa y exploratoria. La conversación exploratoria es la que permite buscar alternativas de solución a los problemas, ofrece argumentos en relación con esas alternativas, da lugar al contraste de ideas y a la resolución conjunta de problemas.
      4. Por último, introduce los conceptos desarrollados por Baudrit (Baudrit, Alain (2012). Interacción entre alumnos. Editorial Narcea), quien sostiene que una situación de asimetría cognitiva podría inhibir la participación en el grupo.
      La autora, a continuación, reflexiona acerca de estos cuatro ejes en relación con la TIC.
      1. La tarea. La comunicación por medio de las TIC puede ser una sucesión de participaciones y no una genuina colaboración. El tipo de tarea propuesta es lo que permitiría una auténtica colaboración.
      2. El tiempo personal. A diferencia de lo que pasa en el aula presencial, el trabajo mediado por tecnologías permitiría un mayor tiempo personal de preparación.
      3. El tipo de conversación. Las tecnologías permiten realizar conversaciones sincrónicas y asincrónicas para llevar adelante conversaciones exploratorias y trabajos colaborativos.
      4. Se advierte que el uso de las tecnologías puede deslizar la tarea hacia la competencia o hacia el juego, por ello, es necesario delimitar y orientar el tipo de tarea a realizar.

      Para finalizar, la autora invita a pensar en el rol de los docentes para regular el intercambio entre los chicos para realizar trabajos colaborativos en las tareas escolares.

      Fuente│Red Infod. Especialización docente en Educación Primaria y TIC: archivo audiovisual con conferencias de especialista

      García Canclini: Pensar al educador como mediador

      $
      0
      0
      Gracias a Carlos Alberto Scolari, accedemos a esta entrevista realizada por Silvina Chmiel y publicada en Letra Urbana (@LetraUrbana): Claves para pensar en este extraño mundo. Entrevista a Néstor García Canclini. Ciudad de México.

      García Canclini nació en Argentina, se doctoró en París y reside en México. Se formó como filósofo, escritor, académico, antropólogo, sociólogo y crítico cultural. A su currículo le suma el dialogo constante con los artistas, intelectuales y científicos de diversos campos. Esta riqueza de perspectivas le permite enfocar los puntos donde los fenómenos se intersectan, y así entender la complejidad de lo que acontece. Actualmente Néstor García Canclini es Profesor Distinguido en la Universidad Autónoma Metropolitana de México. El Premio Nacional en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, otorgado por el Gobierno de México en 2014, es el último que ha recibido.

      Transcribiremos un fragmento del artículo, que está relacionado con la educación, las formas de leer en pantallas y la recomposición del saber, que no es sólo tecnológica, sino también sociocultural.


      —Comencemos hablando de educación. ¿Deberíamos repensar el oficio del educador?

      Efectivamente desde distintas posiciones se está retrabajando, hace ya varios años, para qué sirve la educación, cómo podemos formarnos los profesores y relacionarnos con los alumnos y con las sociedades en mutación. Con frecuencia, esta preocupación se asocia con las innovaciones tecnológicas, la aparición de formas de leer en pantalla y de organizar el conocimiento con parámetros distintos a los de la cultura letrada. A mí me parece que esa es una parte indispensable, pero también el cambio en el papel de los educadores tiene que ver con la reorganización y desorganización de los conocimientos. No es posible pensar al educador como transmisor de saberes consolidados, sino como mediador que escucha, que articula conocimientos y busca con los alumnos, tratando de entender el sentido que ellos atribuyen a las innovaciones.

      A propósito de este tema, justamente, hay una preocupación que aparece en el último libro que publiqué El Mundo Entero Como Lugar Extraño, y que he desarrollado después en una investigación que acabamos de hacer con un equipo en México, que se titula Hacia una antropología de los lectores. Allí observamos que la mayor parte de las encuestas de lectura siguen cuantificando lo que se lee en papel, pero prestan poca atención a lo que se lee en las pantallas… ¡y le dedicamos muchísimo tiempo a leer y escribir digitalmente! Entonces, necesitamos reorganizar la manera de conocer, de valorar lo que se lee en el aula y en familia, o en muchos otros espacios en que estamos leyendo constantemente: correos electrónicos, mandamos mensajes de texto, o mientras esperamos el transporte y viajamos en él, y así en muchas escenas. Entonces la tarea de los maestros y profesores es considerar esa recomposición del saber, que no es sólo tecnológica, sino también sociocultural.

      —¿Es necesario  acudir al saber interdisciplinario, para poder diseñar propuestas?

      Sí, es la única manera de abarcar la complejidad y la interrelación entre procesos sociales, económicos, políticos y culturales. Hace tiempo que hemos descubierto la necesidad de producir equipos transdisciplinarios, pero parece que cuesta aún reconocer que no hay textos sin contextos, que no hay comunidades sociales sin comunicaciones. Al decir esto estamos implicando que el estudio de los discursos no puede ser un análisis netamente discursivo sin analizar las condiciones sociales de producción y circulación, y que los estudios de comunidades sociológicas o antropológicas no pueden desconocer los procesos comunicacionales, ni a la inversa.

      —¿Es en el espacio de la interacción donde tenemos que poner la mirada?

      En las muchas interacciones que se empalman y se complementan. En las interacciones presenciales combinadas con las digitales, que no se sustituyen. Hay que cuidar no deslumbrarnos con el último aparato tecnológico y creer que eso anula los anteriores. Ni el cine eliminó al teatro, ni el video eliminó al cine, ni la televisión suspendió otras formas de comunicación comunitaria. Lo digital viene a articular textos, imágenes y sonidos, en un universo muy interrelacionado. Por eso, la propia estructura de la producción cultural contemporánea y los usos que hacemos en los aparatos que llevamos en la mano, obligan a pensar todos los lenguajes y formatos interconectados.

      —Entonces, ¿dónde formamos hoy nuestra identidad de ciudadanos?

      Se modifican aceleradamente los requisitos para poder ser ciudadanos: por una parte por el tipo de saberes que antes proporcionaba la escuela, y ahora se van adquiriendo en gran medida fuera del sistema escolar: en la televisión, en Internet o en otro tipo de interacciones sociales. Para mí eso está asociado a una pregunta todavía más radical que es dónde ser ciudadano, y hay que preguntarnos para qué y en qué lugar vamos a ejercer ese conjunto de saberes que adquirimos para ser ciudadanos (...) 

      —¿Qué está investigando ahora? ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

      Estoy acabando, con un equipo de investigación, un estudio sobre los modos de comportarse de los lectores, combinando la lectura en papel y en pantallas. Saldrá a principios de 2016 el libro Hacia una antropología de los lectores, donde se verá que la etnografía de cómo se lee ahora cambia la perspectiva que han dado las encuestas, dominadas por la preocupación de cuánto se lee (en papel). No leemos menos; leemos en más soportes y de otras maneras.

      Leer la entrevista completa en Letra Urbana.

      Enrique Dans: ¿Para qué quieres Twitter?

      $
      0
      0
      Enrique Dans nos brinda una lista de puntos sobre los que reflexionar acerca del uso de Twitter, de mucha utilidad tanto para quienes recién comienzan, como para aquellos que llevamos varios años en la red de microblogging.

        • ¿Para qué quieres Twitter? ¿Qué pretendes? Si solo quieres hablar con tus amigos, usa una herramienta de mensajería. Twitter es para crear y desarrollar un perfil público, asociado o no a tu persona. Puede ser anónimo, seudónimo o del tipo que quieras, Twitter no desaconseja ese uso ni obliga a una vinculación con un nombre real, como hace Facebook… pero por anónimo que seas, no hagas tonterías ni lo utilices para cosas de las que podrías arrepentirte. 
        • Si eres una empresa o una celebridad, estar en Twitter se convierte en prácticamente una necesidad. Si no estás en esos casos, usar Twitter es completamente voluntario, y dependerá de lo que quieras hacer con tu imagen pública, si es que te planteas hacer algo, o de si quieres mantenerte informado de lo que pasa en el mundo o en temas específicos manteniendo la posibilidad de opinar sobre ello. No hay ningún medio en el mundo en el que, siguiendo a las personas adecuadas, te informe mejor ni más rápidamente.
        • Twitter es una herramienta pública. La inmensa mayoría de los perfiles publican en abierto, de manera que si vas a publicar en cerrado, lo normal será que tengas unas motivaciones para el uso de la herramienta diferentes a las de la mayoría. No hay nada malo en usar Twitter para que te lean solo tus amigos y nadie más que tus amigos, pero ni es lo normal hoy en día, ni te aplicarán la mayoría de los puntos en esta lista. Tampoco hay nada malo en usar Twitter solo para leer y recibir actualizaciones que te interesan, simplemente tendrás que tener en cuenta que lo único interesante que tu cuenta de Twitter dirá de ti es a quiénes decides seguir. La esencia de Twitter en 2015 es ser una red pública en la que tus actualizaciones son vistas en principio por tus seguidores, pero pueden llegar a ser vistas por muchas personas más. Si no estás preparado para que algo que has dicho pueda ser visto, por la razón que sea, por muchas personas, no lo escribas.
        • Manejar varias cuentas de Twitter es una situación próxima a la esquizofrenia. No, no necesitas una cuenta para temas personales y otra para temas corporativos, porque todos tenemos una vertiente personal y otra corporativa, y no hay nada malo en ello. Otra cosa es qué parte de esas vertientes quieres compartir en público: eso ya es una decisión personal.
        • Twitter no es ni bueno ni malo, ni aburrido ni entretenido. Las cuentas que siguen lo son. Si no estás extrayendo valor a Twitter, es que no sigues las cuentas adecuadas. Replantéatelo.
        • Si usas Twitter para ser un imbécil, seguramente seas un imbécil. Y en ese caso, usar Twitter es demostrar a todo el mundo que lo eres. Lo que equivale a ser aún más imbécil.
        • Tu abuela tenía razón: una de las cosas más importantes en público es el saber estar. Si no sabes estar, Twitter puede ser una horrible manera de demostrarlo, que seguramente no hará ningún favor a tu imagen pública. Si no sabes estar, hazte un favor y háznoslo a los demás: no uses Twitter.
        • La finalidad de Twitter no es “tener muchos seguidores”. El éxito no está necesariamente representado por el número de seguidores. Si te sigue mucha gente, será o bien porque tu cuenta es la continuación en la red de tus actividades fuera de ella, o porque lo que dices les aporta suficiente valor como para seguirte. Puedes plantearte tu aporte de valor de muchas maneras distintas, o simplemente usarlo para cosas que te aporten valor a ti (como recolectar noticias y comentarios interesantes).
        • Twitter es una conversación. En una conversación, los que dicen tonterías son calificados de tontos. Los que insultan, utilizan la ironía de manera hiriente o siempre están enfadados pueden llegar a resultar muy desagradables. No hay nada malo en usar Twitter para protestar por algo o para expresar una queja, pero si únicamente lo usas así, te calificarás y definirás de una manera que posiblemente no te guste. Si tu uso de Twitter te coloca en alguna de esas categorías, puede llegar a ser una etiqueta incómoda que te cueste quitarte.
        • Twitter es bidireccionalidad. Si solo vas a usarlo para escribir, pero no para interactuar, estarás obteniendo de Twitter un valor limitado. Los mensajes directos (DM) son una herramienta más de comunicación: hay interacciones que, si no tienen trascendencia más que para el que la plantea, es mejor contestar por DM y no públicamente. Si puedes gestionarlos, tus DM estarán mejor en abierto. Si eres una empresa, Twitter no solo sirve para servicio al cliente, sino que puede que casi te obligue a ello. No contestar a nadie es una evidente descortesía – pero hay cosas que no precisan o no merecen contestación.
        • Twitter es compartir. Puedes compartir partes de ti mismo que no muestras por otros canales, puedes compartir lo que lees, puedes compartir lo que piensas, puedes compartir lo que pasa cerca de ti, puedes compartir lo que opinas de cosas que comparten otros… la cosa es compartir. Lo que compartes determina el valor que otros pueden obtener cuando te siguen.
        • Si eres una compañía, procura que tu Twitter tenga cara y ojos, que se sepa con quién se está hablando. Si pides a una agencia que lo gestione, lo más probable es que lo haga mal, e incluso si lo hiciese bien, será acartonado, impersonal y sobre todo, falso. No he visto ningún buen ejemplo de cuentas corporativas de Twitter llevadas por una agencia, y sí infinidad de ellos malos o muy malos. Si eres una celebridad y no vas a gestionar tú mismo tu cuenta de Twitter, sé abierto y claro con ello, y no pierdas completamente el componente personal. Las personas no escalan y puede ser imposible, según tu nivel de asimetría, que contestes tú mismo a todo… pero no dejes de escribir tú mismo, al menos de vez en cuando.
        • Usar Twitter para crear contenido está bien, pero el contenido se entierra muy rápidamente. Repetir constantemente lo que ya dijiste es una pesadez, como tener a alguien en una conversación que constantemente repite las mismas frases. No creas a quienes te dicen que tienes que repetir todo tres veces para que te lea más gente, es enormemente cansino. Para muchos, Twitter es la versión moderna del RSS: si vas a crear contenido de manera consistente, ponlo en otro sitio y usa Twitter para informar cuando lo actualizas.
        • Twitter es un mundo mucho más plano que otros sitios. Si dices algo interesante, esa persona aparentemente inalcanzable puede contestarte, retuitearte o marcarlo como favorito. No hay nada malo en usar Twitter para sentirte más cerca de personas a las que sigues, simplemente entiende que no todo el mundo puede contestar a todo y a todas horas. No seas pesado. Del mismo modo, entiende que detrás de esa cuenta de Twitter hay una persona: no digas a esas personas cosas que no les dirías si las tuvieras delante (y si lo haces, vuelve a leer el punto referido a ser un imbécil).
        • Revisa lo que publicas, reléelo varias veces, asegúrate de que está bien escrito. Si es tu imagen pública, no quieres quedar como un descuidado o como un torpe. Todos podemos tener un typo o una falta… pero es mejor no tenerlas. Y no tuitees borracho. Repetimos: no tuitees borracho
        • Integra Twitter en otros aspectos de tu vida. Si Twitter es una herramienta aislada y no relacionada con otras cosas que haces en tu vida, no conseguirás nada con su uso, y lo más probable será que acabes abandonándola.
        Fuente│Enrique Dans:  Usando Twitter – a finales de 2015
          Viewing all 261 articles
          Browse latest View live




          Latest Images